Fechas recomendadas:
Diciembre, Enero, Febrero, Marzo, Junio
Rodeada del espíritu nórdico que envuelve la cuenca del Báltico, irrumpe la maravillosa San Petersburgo con su corte clasicista y sus incontables tesoros, en forma de palacios, iglesias de cúpulas doradas, plazas y puentes soberbios que cruzan sus múltiples canales. Su nombre evoca el sueño de aquel zar llamado Pedro el Grande, quien fundó la ciudad más europea de Rusia, con la intención de convertirla en la ventana del país hacia el mundo occidental. Por eso San Petersburgo, o Peter, como la apodan los oriundos, es un regalo para los sentidos.
Descubrirás su maravillosa herencia cultural, disfrutando de una visita guiada al museo Hermitage, asistiendo a una función en el teatro Mariinsky o visitando el famoso palacio de Caterina, antes de finalizar el día con la obligada degustación de caviar.